No se pierdan tampoco la sublime celosía “truss” del Almacén de Biomasa, que exuda arquitectura poética en su propia creación. Como sucede con la sede principal de ONO en España, o el edificio de la Asociación de Piedras Preciosas en Alemania.

Finalmente, incluimos en este número un artículo diferente, pero sumamente importante: la elección efectauda por una localidad de los Países Bajos tras analizar comparativamente el ciclo de vida de dos tipos de báculo de iluminación: uno, construido en acero galvanizado; otro, en aluminio. Adivinen cuál fue elegido y por qué.

Disfruten del número.

Javier Sabadell
ATEG