- Obra: Comisaría del Distrito Fuencarral - El Pardo
- Localización: Calle Mirador de la Reina nº 4, Madrid
- Promotor: Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil
- Autor: VOLUAR ARQUITECTURA S.L.P
- Pablo Rodríguez Mesa
- Borja Lomas Rodríguez
- Arquitectos Colaboradores:
- Teresa Gómez Benito
- Alfredo Diez Torre
- Arquitecto Técnico: Juan Carlos Argüello
- Gestión de la Obra: Sociedad Estatal de Gestión Inmobiliaria de Patrimonio
- Constructora: ACCIONA S.A.
- Superficie: 6.770,31 m²
- Fecha terminación: 2012
- Fotografías:
- Ángel Baltanás
- Voluar Arquitectura slp
CONTACTO: voluar@gmail.com
91 450 56 65
- Situación: Guijo de Coria, Cáceres
- Encargo: Consejería de Fomento de la Junta de Extremadura
- Arquitectos:
- Ignacio Mendaro Corsini
- José Ignacio de Isasi Zaragozá
- Blanca Rosa Gutierrez
- D.O. José Ignacio de Isasi Zaragozá
- Constructora: ANDIAJOA S.L.
- Estructura: MC2 Ejecución Carpintería y Aluminios Hervás
- Finalización: Octubre 2010
- Fotos: Lluis Casals
ENTORNO URBANO
La ordenación general del proyecto surge fundamentalmente de la adecuación de éste a su entorno. Así, el edificio se retrasa en la parcela ofreciendo una plaza pública que sirve de antesala al propio edificio, y que conforma el acceso peatonal del mismo. De esta manera y con el propio edificio salvando el desnivel existente entre las calles que limitan la actuación, Mirador de la Reina y Peña del Águila, se da continuidad a la ciudad a fin de propiciar el acercamiento del ciudadano a un edificio público que, por tradición, está considerado como un lugar hermético e inaccesible.
Al mismo tiempo, el edificio se significa en el entorno, ofreciendo a la ciudad, gracias a su imagen moderna y rotunda, un hito arquitectónico de referencia, condición implícita de un edificio dotacional de este tipo.
DESCRIPCIÓN DEL EDIFICIO
El edificio está diseñado para ser un elemento funcional, que responda perfectamente al complejo programa de una comisaría clarificando los espacios de uso público, uso privado y sus elementos de relación.
El edificio se desarrolla en una superficie aproximada de 6.800 m², diferenciándose claramente 4 zonas en función de los usos que alberga.
En la planta sótano se sitúan los usos restringidos del edificio; en la planta de acceso se alojan los usos públicos, incluyendo en este apartado la plaza pública de acceso; la planta baja se presenta como un espacio de transición entre los usos públicos y privados; y en las plantas 1ª, 2ª y 3ª, se desarrollan los usos privados propios de una comisaría.
Todos los usos se articulan a través de un espacio vacío, un patio central cubierto que se desarrolla en toda la altura del edificio y que configura el diálogo entre la zona privada y la zona pública, siendo la propia luz que atraviesa los lucernarios de este patio, el elemento unificador del proyecto.
Desde la ciudad, estos usos también se presentan de manera independiente pero interrelacionada, de modo que el proyecto se concibe desde la unidad de dichos elementos. Así, la zona de uso público se presenta como un zócalo o basamento pétreo del edificio; la zona de transición se materializa en una planta porticada y acristalada; y la zona de uso privado se resuelve con el cuerpo principal del edificio, un cubo de 30x30x15m que se levanta sobre los pilares de la zona de transición.
Aunque desde el exterior el edificio se presenta con cierto carácter masivo y pesado, desde el interior se proyecta de manera bien distinta. Todos los espacios de trabajo vuelcan sobre el patio central, alrededor del cual se dispone un corredor a modo de distribuidor en cada una de las plantas desde el que se accede a las distintas dependencias administrativas. Todas las particiones interiores están realizadas con mamparas de vidrio, por lo que se crea un ambiente abierto donde la luz y las vistas atraviesan el interior de todo el edificio provocándose una relación bidireccional entre los visitantes y los trabajadores del edificio. Esta concepción del espacio interior sumada a un perímetro exterior de vidrio en todas las plantas provoca una relación exterior-interior que mejora sustancialmente las condiciones laborables de los usuarios del edificio.
El volumen de uso privado, definido claramente, pierde su carácter estanco con las cajas que vuelan desde el cubo a modo de miradores, y con una serie de terrazas y patios que aparecen en fachada. Los entrantes y terrazas que se configuran en fachada no sólo responden a espacios de esparcimiento de los trabajadores sino que son posibles espacios de ampliación del programa de la Comisaría. De este modo, el proyecto no sólo responde a las necesidades actuales de espacio, sino que prevé futuras ampliaciones, adecuándose a los requerimientos del mañana.
CONSTRUCCIÓN
En el edificio se han empleado materiales y acabados de alta durabilidad y bajo mantenimiento, elegidos, no sólo por una preocupación estética sino también medioambiental, usando elementos sostenibles que configuran de forma práctica y eficaz las sensaciones del espacio arquitectónico.
En las fachadas del edificio se emplea una doble piel de paneles de aluminio extrusionado con perforaciones de distintos tamaños y densidades en función de la orientación, del grado de transparencia y de las necesidades lumínicas de confort de las distintas dependencias. De esta forma, durante el día, el edificio absorbe y filtra la luz, mientras que por la noche la emite de manera sutil.
Esta doble piel, a modo de velo o celosía, trabaja en diferentes frentes. Por un parte, dota al edificio de seguridad sin renunciar a la luz, aludiendo a la sensación de “ver sin ser visto”, y por otra, mejora el comportamiento bioclimático del edificio, disipando energía procedente de la radiación y reduciendo el gradiente térmico entre la fachada exterior e interior y propiciando, por tanto, un ahorro energético. Este ahorro se consigue, principalmente, gracias al espacio previsto entre las dos fachadas, con una pasarela técnica ventilada en todo el perímetro que, además, sirve para realizar el mantenimiento y limpieza tanto de los vidrios como de los paneles metálicos.
La estructura principal del edificio está ejecutada con pilares de hormigón armado de sección circular y forjados bidireccionales, mientras que las cajas de los miradores que vuelan desde el volumen principal se realizan con estructura metálica.
El vidrio está muy presente en la totalidad del edificio, principalmente en su interior, bien como elemento distribuidor, en forma de mamparas, bien como protección, en forma de barandillas. El uso de dicho material confiere a todo el espacio interior un carácter panóptico, tanto en horizontal como en vertical. Este hecho cobra especial importancia con la inclusión de un gran patio central que articula los distintos usos del edificio gracias, sobre todo, a una escalera de hormigón visto que vuela sobre dicho patio. Para dar calidez y humanizar este espacio, se han dispuesto una serie de lamas de madera en diferentes posiciones que, además, sirven de celosía para los espacios administrativos.
El zócalo pétreo del edificio se realiza mediante unos muros de cantos rodados sobrepuestos en una estructura metálica de perfiles de acero galvanizado tipo “U” y cerrada por un trámex de acero galvanizado que, además de dar esta apariencia pétrea desde el exterior, desde el interior funciona a modo de celosía entre la plaza y la planta de acceso. Los gaviones realizados in situ, pierden su condición opaca y adquieren propiedades traslúcidas, donde las piedras parecen perder su gravedad y “flotan” en estas jaulas metálicas.
La plaza exterior de acceso se realiza a base de bandas de ancho variable que atraviesan todo el espacio público alternando pavimentos naturales con pavimentos artificiales y arbolado. Los cerramientos de parcela en los cambios de cota se realiza mediante perfiles tipo “T” galvanizados de nulo mantenimiento y conformando un sutil filtro que permite cierta continuidad visual.
DOBLE PIEL
La doble piel es un elemento fundamental del proyecto que subraya el edificio en el entorno. Permite la interconexión entre la ciudad y la comisaría, protegiendo el interior y propiciando unas condiciones más agradables (climatología, seguridad, etc.) para los visitantes y, sobre todo, para los trabajadores del edificio. A la vez, convierte al edificio de la Comisaría en una arquitectura de referencia del distrito.
La piel separa con delicadeza el exterior y el interior, pero también acerca la comisaría a la ciudad. Desde la lejanía, la fachada confiere al edificio un aspecto rotundo, de bordes nítidos y aspecto masivo, mientras que desde la cercanía se puede observar que la piel no es más que un ligero velo, cuya transparencia permite unas magníficas vistas sobre la ciudad desde la privacidad, primando, por tanto, todos los puestos de trabajo de la comisaría.
Esta piel, concebida desde proyecto como filtro, actúa como tal ante las distintas situaciones atmosféricas. Así, esta fachada protege a los visitantes y a los trabajadores frente a la acción directa del sol, del mismo modo que transforma la luz directa, resultado de esta radiación, en luz difusa, posibilitando en el interior un ambiente luminoso ideal para el trabajo. En esta línea, la piel actúa como un tamiz también frente a los vientos, transformando aquellos que sean fuertes en suaves brisas que, además de mejorar la temperatura de confort de las terrazas exteriores, disminuirá la temperatura de la fachada interior posibilitando, por tanto, un ahorro energético.
El aluminio anodizado de esta piel sobre estructuras de acero galvanizado, hace que su imagen se encuentre en continuo cambio, reaccionando a los propios cambios lumínicos del día y a las distintas estaciones del año. En el mismo sentido, los distintos grados de perforación de fachada hacen que ésta varíe en función de la posición del observador ofreciendo un efecto “moaré”. Las pasarelas de trámex galvanizados reducen el impacto solar y sirven como galerías técnicas que permiten la limpieza y fácil mantenimiento de la fachada acristalada. La elección de materiales cada vez más eficaces, racionales y complejos pero manteniendo una actitud de compromiso con lo que nos hace más humanos, más allá del funcionalismo, la percepción sensible de la arquitectura.