- Inspección previa: se comprueba que el acero estructural tenga orificios de ventilación y drenaje, así como las características generales de diseño que son necesarias para producir un recubrimiento galvanizado de calidad
- Limpieza: el acero se sumerge en una solución cáustica o ácida que lo desengrasa, eliminando todo el material orgánico y la suciedad; a continuación, las piezas pasan por un baño ácido con el fin de eliminar la cascarilla de laminación y cualquier resto de óxido para, finalmente, sumergirse en un baño de fluxado que selle por completo la superficie del acero y lo proteja de oxidación.
- Galvanización: el acero, químicamente limpio, se introduce en un horno con zinc fundido donde ambos metales reaccionarán metalúrgicamente formando capas intermetálicas de aleación Zn-Fe más una capa de zinc puro
- Inspección final: el acero recién galvanizado se inspecciona por lo general visualmente y se mide de manera estadística los espesores del recubrimiento mediante un medidor magnético.